Después de asumir el cargo, el presidente Joe Biden emitió órdenes ejecutivas que anulan las órdenes de su predecesor Donald Trump. Sin embargo, dejó a la NASA intacta. Eso significaría en principio que el programa Artemis y el programa lunar Estadounidense seguirían adelante, y que la primera mujer en la superficie de la Luna sería una estadounidense.
El objetivo es que los próximos humanos en la Luna sean un hombre y una mujer, ambos de Estados Unidos. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó esto en una rueda de prensa el jueves pasado y agregó que el programa Artemis enviaría a otro hombre y la primera mujer a la Luna y marcaría el ritmo de futuras misiones a Marte para demostrar los valores de Estados Unidos.
Sin embargo, no mencionó el plazo, mientras que el ex-vicepresidente Mike Pence había marcado 2024 como el objetivo del primer aterrizaje con tripulación en la Luna.
Aunque es una buena noticia para la exploración espacial que la administración Biden no haya cancelado el programa Artemis, surgen serias dudas sobre su financiación futura, lo que podría aplazar el ansiado retorno del hombre a la Luna o incluso llegar a hacerlo inviable debido a su complejidad y coste.