Las demandas terrestres de las misiones espaciales están aumentando rápidamente en términos de complejidad, tecnología y velocidad. Junto a la navegación (GPS, GALILEO), la ciencia (investigación del espacio y el universo) y la exploración (ISS, Marte), dos tipos de misiones espaciales son muy importantes para Europa: Observación de la Tierra (EO, para la sostenibilidad de la naturaleza y la humanidad). y Telecomunicaciones (TC, para negocios y conectividad global). Cada misión requiere tecnologías parcialmente únicas, que son producidas por muy pocos proveedores globales.
Si estas tecnologías no están disponibles en Europa, existe el peligro de que las misiones no dependientes no se puedan realizar, crear y adaptar con la consiguiente pérdida de soberanía en las decisiones políticas y una pérdida de cuotas de mercado. Una de estas denominadas “tecnologías críticas” es el “gran reflector desplegable (LDR)”.
Empacados en configuraciones replegadas, estos reflectores se pueden acomodar en satélites, que aún cumplen con los volúmenes limitados del carenado del lanzador. Al aumentar el tamaño del reflector, es posible ofrecer una mayor sensibilidad y resolución, p. Ej. para misiones de radar (EO y ciencia) e implementar enlaces de comunicación más fuertes para, por ejemplo, mayor rendimiento de datos (TC).
En los próximos ocho años, la demanda de este tipo de reflectores aumentará en todo el mundo, mientras que el Consorcio apunta a una determinada cuota de mercado con su “Large European Antenna (LEA)”. El proyecto propuesto H2020 permitiría ahora la combinación de las tecnologías previamente desarrolladas por los miembros del consorcio y la unión de más entidades europeas para llenar los vacíos restantes y formar un equipo europeo fuerte y completo. Mediante la obtención de una subvención de la CE para LEA, cada componente básico se actualizará con innovación, se adaptará a un escenario y se calificará para alcanzar un objetivo común, a saber: 1er PFM europeo (incluido el reflector y el brazo) que alcanza el TRL 8 para estar listo para la integración a finales de 2020 y para volar en 2021.
El INTA, a través del Departamento de Ensayos de Equipos y Sistemas, ha participado como proveedor de servicios de ensayo tanto a nivel de muestras y prototipos como hasta el nivel del subsistema completo formado por la antena y el brazo desplegable.
Ha sido un proyecto cargado de retos, tanto en lo relativo al diseño, como en lo referente a los ensayos a realizar, como han sido los ensayos de Productos de Intermodulación (PIM), de Radiofrecuencia, Mecánicos y Climáticos.
Este diseño de antena desplegable, que contribuye a eliminar la dependencia no europea en esta tecnología, ha sido ya elegido para una de las misiones de la ESA, concretamente la High Priority Candidate Missions (HPCM) CIMR-R. Y en el caso del INTA les ha llevado a participar en tres contratos con la ESA para contribuir, en la misma línea de proveedor de ensayos, en llegar a TRL 9 (Nivel de Disponibilidad de la Tecnología) en la fecha requerida. En concreto, el INTA participa en el proyecto LADEA de desarrollo y mejora del brazo desplegable, en el LEOB, en el que se encuentran inmersos, de una antena desplegable de 8 m de diámetro y en la propia misión CIM-R.
Créditos: ESA / INTA / HPS GmbH